Por Matilde Suescún, Univision Online
El Príncipe Felipe de Borbón y Letizia Ortiz protagonizaron una boda magnífica y emotiva. No todo salió como estaba planeado, ya que una lluvia torrencial estropeó el paseo a pie de la novia desde el Palacio Real a la Catedral de la Almudena donde se llevó a cabo la ceremonia.
El día más feliz de España Un típico aguacero de primavera modificó el plan establecido por la Casa Real española para la boda más esperada de los últimos años. La intensa lluvia impidió los desfiles a pie de los protagonistas de este cuento de hadas.
Todo empezó a las 10:45 de la mañana (hora local) con la salida del cortejo nupcial encabezado por por Don Carlos de Borbón Dos Sicilias y Ana de Francia, Duques de Calabria y primos del Rey; la infanta Margarita, su esposo el doctor Carlos Zurita; seguidos de los Duques de Palma, la Infanta Doña Cristina e Iñaki Urdangarín, y los Duques de Lugo, la Infanta Elena y Jaime de Marichalar.
Cerrando el cortejo el Príncipe Don Felipe y Doña Sofía recorrieron los 200 metros que separan el Palacio Real de la Catedral la Almudena. Justo antes de llegar a la iglesia, la lluvia los obligó a protegerse con paraguas.
El heredero, en uniforme de gran gala del Ejército de Tierra, del cual es comandante, ingresó en la catedral diez minutos antes de las 11de la mañana.
Llega la novia
La muy esperada llegada de la novia tuvo que hacerse en un Rolls Royce negro y no a pie como se tenía previsto. Doña Letizia, ya en este momento, Princesa de Asturias, de donde es originaria, saludó muy sonriente a los cientos de personas que la saludaban en la calle a pesar de la lluvia.
Fue en ese momento que se vio por primera vez su traje. Un precioso modelo de Manuel Pertegaz estilo Princesa con una cola de 4.5 metros de largo. Con un escote en pico y bordados en plata y oro, el traje se destacóo por su sobriedad.
El velo fue un regalo del príncipe, los pendientes en platino y diamantes regalo de los reyes de España y la diadema fue la misma que usó la reina Sofía en su boda en Atenas.
El príncipe
Entretanto el príncipe esperó cerca de 20 minutos la llegada de su prometida. A su arribo a la iglesia del brazo de su padre Jesús Ortiz, el príncipe Felipe no disimuló la alegría al verla con una sonrisa.
La precedieron los pajecitos: los cinco nietos de los reyes y dos sobrinas de Letizia vestidos en trajes amarillo y blanco.
El príncipe la recibió en el altar a Letiza Ortiza del brazo de su padre con un beso en la mejilla.
Durante toda la ceremonia intercambiaron miradas cómplices y comentarios. Letizia supo manejar la situación con elegancia y sin nerviosismo.
A las 11:20 se dio comienzo al oficio religioso. El primo del Príncipe Felipe, Beltrán Gómez Acebo hizo la primera lectura.
Luego, en uno de los momentos más especiales de la boda, la abuela de la novia, Menchu Álvarez del Valle, hizo la segunda lectura, donde remarcó la grandeza del amor. "Si no tengo amor no soy nada".
A las 11:52 Felipe y Letizia fueron declarados marido y mujer por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. Sin derramar una lágrima los novios se prometieron amor y fidelidad.
"Sí, estamos decididos", respondieron los novios al cardenal arzobispo de Madrid, oficiante de la ceremonia, cuando éste les preguntó: "¿Estáis decididos a amaros y respetaros durante toda la vida?".
"Yo, Felipe, te recibo a ti, Letizia, como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida", dijo el heredero, tomando las manos de su prometida, quien repitió la misma frase.
Los recién casados fueron exhortados a no temer por la responsabilidad histórica como herederos de la corona de España por el cardenal arzobispo. Y a confiar en el apoyo de los reyes y del pueblo español.
Luego de la firma de los testigos de la boda, y de la lectura del saludo del Papa Juan Pablo II, el Aleluya de Haendel sirvió de marco para la salida de los novios de la Catedral.