Ser gorda en televisión es más difícil que ser gorda en tu casa o en tu oficina. Porque ser una gorda anónima equivale a que el secreto no salga del espejo, pero ser una gorda pública es sentir que tus lonjas le pertenecen a 100 millones de personas. Es como si tuvieras un espejo, con todos tus gordos incluidos, en la casa de cada uno de tus amigos.

Y hay algo peor que desconocen los gordos poco conocidos: ser una gorda crónica es exponerse a que esa persona que nunca has visto en tu vida, te suelte en la cara aquello de "¡Chica, pero tú si estás gorda!", con la frescura de una repugnante lechuga ..."

Parte del prólogo del 2º libro de Mac, ¿Quién dijo que no se puede?

"Durante los 13 años que el Show de Cristina ha permanecido en el aire, hemos recibido todo tipo de críticas, y también premios y halagos...porque la vida es así: agridulce y repleta de lecciones.

Pero voy a confesarles algo ...muchas veces me sentí como una farsante. Muchos días, extenuada y deprimida por el exceso de trabajo, y por no tener apenas tiempo (¡ni ganas!) para disfrutar plenamente de mis hijos y mi familia, ni de quererme, ni cuidarme a mi misma, con mi autoestima por el piso, me he preguntado si mi programa en realidad servía para algo, para ayudar a alguién en serio.

Pero como tengo un ángel muy grande que me cuida y pone en mi camino lo que necesito justamente cuándo llega mi momento de saltar a otro nivel de desarrollo personal, llegaron María Antonieta Collins y su hija Adrianna a mi "Club de la Salud" ...